PARA MI QUERIDA SENDA
Senda te quiero brindar
lo que me dicta la mente
por la forma consecuente
que tienes para ayudar.
Me pones a revisar
obras de muchos autores
y las tuyas, con honores,
las dejas en la gaveta
para que yo no me meta
a brindarte mis loores.
Te irrespeto la humildad
que siempre muestran tus cosas;
siendo las tuyas preciosas;
es esta mi voluntad.
Me tenía con ansiedad
el cantarle a tus poemas
que merecen las diademas
más bonitas y atrayentes;
solo nacidas de mentes
que armonizan bien los temas.
Dama de mi inspiración,
refugio de mi alegría,
permite que el alma mía
te cante con devoción.
Bien conozco la misión
que estás cumpliendo hasta ahora;
pero ha llegado la hora
de decirte lo que siente
mi espíritu que no miente
y te llama triunfadora.
***
Hildebrando Rodríguez
Mérida-Venezuela, 23 de junio de 2013