Ser madeja de azúcares sin arrugas de quebranto,
como un árbol nuevo que cobije al gorrión
con ebriedad en vuelo, sin ser pájaro arrasado,
aquí, allá…
Un roble fortalecido sin ceniza en la sien
bajo el doblón del sol que todo arrasa,
y no ver la yunta tranzando reja en el surco,
aquí, allá…
Un suelo fuerte de arraigo sin ramales
para el himno desolado y sobrevivir a tantos
que se asoman al camino empedrándolo entre rocíos,
aquí, allá…
Ver la luna señalando la ruta de vuelta a mi morada
…y creer, creer en un mundo despierto ,en memoria y actos,
concibiendo paz.Soñé… que soñar quería,
aquí, allá
©2013